Al silencio


Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría,
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera,
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.

 


De su libro "Contra la Muerte"

 


 

Los días van tan rápidos


Los días van tan rápidos en la corriente oscura que toda salvación
se me reduce apenas a respirar profundo para que el aire dure en mis pulmones
una semana más, los días van tan rápidos
al invisible océano que ya no tengo sangre donde nadar seguro
y me voy convirtiendo en un pescado más, con mis espinas.

Vuelvo a mi origen, voy hacia mi origen, no me espera
nadie allá, voy corriendo a la materna hondura
donde termina el hueso, me voy a mi semilla,
porque está escrito que esto se cumpla en las estrellas
y en el pobre gusano que soy, con mis semanas
y los meses gozosos que espero todavía.

Uno está aquí y no sabe que ya no está, dan ganas de reírse
de haber entrado en este juego delirante,
pero el espejo cruel te lo descifra un día
y palideces y haces como que no le crees,
como que no lo escuchas, mi hermano, y es tu propio sollozo allá en el fondo.

Si eres mujer te pones la máscara más bella
para engañarte, si eres varón pones más duro
el esqueleto, pero por dentro es otra cosa,
y no hay nada, no hay nadie, sino tú mismo en esto:
así es que lo mejor es ver claro el peligro.

Estemos preparados. Quedémonos desnudos
con lo que somos, pero quememos, no pudramos
lo que somos. Ardamos. Respiremos
sin miedo. Despertemos a la gran realidad
de estar naciendo ahora, y en la última hora.

 


De su libro "Contra la Muerte"

 


 

Contra la muerte


Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y a siniestra con tal de prosperar en mi negocio.

No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.


¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?

Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento, allá abajo.

No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.

Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, por no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.

Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.


De su libro "Contra la Muerte"

 


 

Las hermosas


Eléctricas, desnudas en el mármol ardiente que pasa de la piel a los vestidos,
turgentes, desafiantes, rápida la marea,
pisan el mundo, pisan la estrella de la suerte con su finos tacones
y germinan, germinan como plantas silvestres en la calle,
y echan su aroma duro verdemente.

Cálidas impalpables del verano que zumba carnicero. Ni rosas
ni arcángeles: muchachas del país, adivinas
del hombre, y algo más que el calor centelleante,
algo más, algo más que estas ramas flexibles
que saben lo que saben como sabe la tierra.

Tan livianas, tan hondas, tan certeras las suaves. Cacería
de ojos azules y otras llamaradas urgentes en el baile
de las calles veloces. Hembras, hembras
en el oleaje ronco donde echamos las redes de los cinco sentidos
para sacar apenas el beso de la espuma.


De su libro "Contra la Muerte"

 


 

La loba


Unos meses la sangre se vistió con tu hermosa
figura de muchacha, con tu pelo
torrencial, y el sonido
de tu risa unos meses me hizo llorar las ásperas espinas
de la tristeza. El mundo
se me empezó a morir como un niño en la noche,
y yo mismo era un niño con mis años a cuestas por las calles, un ángel
ciego, terrestre, oscuro,
con mi pecado adentro, con tu belleza cruel, y la justicia
sacándome los ojos por haberte mirado.

Y tú volabas libre, con tu peso ligero sobre el mar, oh mi diosa,
segura, perfumada,
porque no eras culpable de haber nacido hermosa, y la alegría
salía por tu boca como vertiente pura
de marfil, y bailabas
con tus pasos felices de loba, y en el vértigo
del día, otra muchacha
que salía de ti, como otra maravilla
de lo maravilloso, me escribía una carta profundamente triste,
poeque estábamos lejos, y decías
que me amabas.

Pero los meses vuelan como vuelan los días, como vuelan
en un vuelo sin fin las tempestades,
pues nadie sabe nada de nada, y es confuso
todo lo que elegimos hasta que nos quedamos
solos, definitivos, completamente solos.

Quédate ahí, muchacha. Párate ahí, en el giro
del baile, como entonces, cuando te vi venir, mi rara estrella.
Quiero seguirte viendo muchos años, venir
impalpable, profunda,
girante, así, perfecta, con tu negro vestido
y tu pañuelo verde, y esa cintura, amor,
y esa cintura.

Quédate ahí. Tal vez te conviertas en aire
o en luz, pero te digo que subirás con éste y no con otro:
con éste que ahora te habla de vivir para siempre
tú subirás al sol, tú volverás
con él y no con otro, una tarde de junio,
cada trescientos años, a la orilla del mar,
eterna, eternamente con él y no con otro.

 


De su libro "Contra la Muerte"

 


 

Carta a Huidobro


1. Poca confianza en el XXI, en todo caso algo pasará,
morirán otra vez los hombres, nacerá alguno
del que nadie sabe, otra física
en materia de soltura hará más próxima la imantación de la Tierra
de suerte que el ojo ganará en prodigio y el viaje mismo será vuelo
mental, no habrá estaciones, con sólo abrir
la llave del verano por ejemplo nos bañaremos
en el sol, las muchachas
perdurarán bellísimas esos nueve meses por obra y gracia
de las galaxias y otros nueve
por añadidura después del parto merced
al crecimiento de los alerces de antes del Mundo, así
las mareas estremecidas bailarán airosas otro
plazo, otro ritmo sanguíneo más fresco, lo que por contradanza hará
que el hombre entre en su humus de una vez y sea
más humilde, más
terrestre.

2. Ah, y otra cosa sin vaticinio, poco a poco envejecerán
las máquinas de la Realidad, no habrá drogas
ni películas míseras ni periódicos arcaicos ni
-disipación y estruendo- mercaderes del aplauso ignominioso, todo eso envejecerá en la apuesta
de la creación, el ojo volverá a ser ojo,
el tacto tacto,
la nariz éter
de Eternidad en el descubrimiento incesante, el fornicio
nos hará libres, no
pensaremos en inglés como dijo Darío, leeremos
otra vez a los griegos, volverá a hablarse etrusco
en todas las playas del Mundo, a la altura de la cuarta
década se unirán los continentes
de modo que entrará en nosotros la Antártica con toda su fascinación
de mariposa de turquesa, siete trenes
pasarán bajo ella en múltiples direcciones a una velocidad desconocida.

3. Hasta donde alcanzamos a ver Jesucristo no vendrá
en la fecha, pájaros
de aluminio invisible reemplazarán a los aviones, ya al cierre
del XXI prevalecerá lo instantáneo, no seremos
testigos de la mudanza, dormiremos
progenitores en el polvo con nuestras madres
que nos hicieron mortales, desde allí
celebraremos el proyecto de durar, parar el sol,
ser -como los divinos- de repente.



De su libro "Carta a Huidobro -y otros poemas"

 


 

Pareja acostada en esa cama China largamenteremota

1. Hablando de dioptrías, Mafalda era la ciega
y yo el ciego, compartíamos
la misma música arterial,
y cerebral, llorábamos de risa
ante el espectáculo de los dos espejos, el dolor
nos hace cínicos, este Mundo
decíamos no es yámbico sino océanico por comparar
farsa y frenesí: gozosa entonces mi desnuda me
empujaba riente como jugando al límite
del barranco casi fuera de la cama
alta de Pekín, como apostando
a la peripecia de perder de
dinastía en dinastía, cada vez
más y más al borde del camastro
de palo milenario y por lo visto nupcial, cada vez
más lejos del paraíso de su costado
de hembra larga de tobillo a pelo entre exceso
y exceso de hermosura y todo, ¡claro! por amor
y más amor, tigresa ella
en su fijeza de mirarme lúcida, fulgor
contra fulgor, y yo
dragón hasta la violación imantante, ¡diez
minutos sin parar, espiándonos,
líquidamente fijos, viéndonos por dentro
como ven los ciegos, de veras, es decir
nariz contra nariz, soplo contra soplo,
para inventarnos otro Uno centelleante
desde el mísero uno de individuo a individua, a tientas,
costillas abajo! -El que más
aguanta es el que sabe menos, pudiera acaso
decir el Tao.
................... Este Mundo
repetíamos y acabámos sin más
no es yámbico sino oceánico. Otras veces
llovía duro, lo que más llovía
eran lágrimas.
.......................... Ma-fal-da, digo ahora entrecortado,
y esto va en serio,
¿qué habrá sido de Mafalda?

2. Pues de cuantas amé, amé a Mafalda,
y que me despedacen las estrellas!, la amé
volandera en la lluvia de la Diagonal, bufanda al viento,
de una Concepción que yo no más me sé, la esperé
ahí anclado y desollado hasta que volviera la Revelación
cuya encarnación
se da una sola vez, bajé al Inferno
de la costumbre, a
mis años de galeote en USA bajé, entre doctos
y mercaderes, no hubo para mí en el plazo
más que mi Beatrice Villa sin arcancielo, cumbre
y cumbre hasta la asfixia,
ni tersura paridora al itálico modo,
ni otra ni otra, ni esbeltez comparable,
ni olorosa a la velocidad de ser,
ni pensamiento de diamante,
ni exacta de exactitud de mujer, ¡Frida acaso
que fue Diego hasta el fin!

3. Otros la amaron pero
yo la vi,
otros la amarán sin alcanzar nunca a verla,
otros y otros dirán que la durmieron
entre las sábanas del placer, nadadora y libertina
en el oleaje de las tormentas,
madona de las siete lunas dirán por despecho,
cambiantes cada 28
8 de sus días terrestres,
tornadiza y veloz, ;déjenla intacta como es,
que escriba su bitácora de vuelo interminable para mí,
que arda y arda en
mi corazón, que dance su danza de danzar,
libérrima!

4. Y en cuanto a mí,
¿cómo lo diría Matta?, consíguete una
vida de 80 años porque la vida empieza a los 70,
así al morir ya se sabe
Je m’en fous, Roberto: palabras perdedoras,
puras palabras, vejeces de palabras malheridas.
No hubo tiempo entre nosotros,
nunca hay tiempo ni distancia, todo es posible entre dos locos
que se ven a cada instante.
Relámpago es lo que hubo esa vez de Concepción de Chile
y nada más que relámpago,
figura de lo instantáneo hubo de lo que pende
el Mundo, y eso está escrito.
La amo, ¿y qué?
Soy el ciego que ama a su ciega.

 


 

Código del obseso


1) Busco un pelo; entre lo innumerable de este Mundo busco un pelo
disperso en la quebrazón, longilíneo
de doncellez correspondiente a grande figura
de muchacha grande, pies
castísimos con uñas pintadas
por el rey, airosos los muslos
de la esbeltez dual, en ascenso
más bien secreto, de pubis
a axila, a cabellera
torrencial tras lo animal del número
ronco de ser, busco un pelo

2) espléndido de mujer
espléndida, clásica,
................................ músico
de tacto preferiblemente intrépido
de Boticelli, áureo
y corrupto de exactitud, castaño
de fulgor, finísimo, de alto a
bajo busco un pelo

3) unigénito, seco de aroma,
entre el aire y el descaro
del aire, ni rey
a remolque de esta invención, ni tamaña concubina venusina, flaco
y cínico:
........... -Galaxias no me quiten el sol. Pajar del cielo:
lo que busco es un pelo.

 


 

Dado lo extremo de la situación


Dado lo extremo de la situación aquí lo único
muerto es el muerto, su piel
de escarabajo desocupado, sus tercas
rodillas que hicieron el movimiento, sus
olfatos perlúcidos, sus
tactos que tocaron mujer, la oreja

que anduvo inútilmente en su oreja
detrás de su oreja.
............................. No la oyó
y quién va a saber, ... por enmohecido
no la oyó, pensó
pero no la oyó,... tuvo un sueño
con mucha música en sus arterias, ... durmió así
noventa,... vio grandes
a los abedules, ...salió volando
como vino el infuso por encima
de la ventolera de las copas
altas.
............ Ardió
hermosura y exceso.

 


 

El domingo en persona soñé con Juan de yepes

Soñar con mariposa es párpado,
.............................................. con abismo
destello, con Juan tirado ahí encima
de los tablones de su celda aura
y sílaba hambreada de Dios,
................................................ encantamiento
con desollamiento,
............................... música
con espinas a eso
de las 6,
................. piel
al Uno unido, vaciado
el sentido.

De donde se deduce que todo Juan es Juan,
todo seso martirio,
todo obstáculo entonces pétalo azuceno
donde morar páramo,
.................................... olfato
de perder, vaciado el sentido.

Aire así hace cántico, sólo aire así
hace cántico
desencarnado, contra el escarnio, estrellas
hace altas con
aceitamiento espontáneo
....................................... sin ruido,
vaciado el sentido.

Actualmente no hay Juan, pasa gente, a lo sumo
pasa y duerme codicia
blanca, tristeza
duerme, la figura
de su rencor,
..................... falta
Juan, de repente aparece uno que otro
volando a tres metros por ahí pero falta Juan, el ventilado del barranco, sin
ruido, vaciado
el sentido.

No llegó a México, pudo
haber venido por orden de Doria según la historia
del aire, alado de sí, sin más motor
que el de su éxtasis, hubiéramos hablado
de volcanes,
.................. sin ruido,
vaciado el sentido.

 


 

Vibraciones acerca de las cuales las estrellas no dan para más

Escrito en Hesíodo: -No hay
música ni submúsica bajo el firmamento, lo que hay
es lambada
desde el Génesis, limpias las estrellas
en el ámbito de lo abierto, un mortal
y una mortal bellísimos
bailando.


Y en Guimaraes Rosa: -Un carpo único de baile
altas las palmeiras más bien
con olor
a Paraíso en la ciencia de la concupiscencia,
un beso, un casto
beso en la nuca, que se baila.

Alabemos entonces a la lambada, pienso yo,
por sagrada.

 


 

Mnemosyné

3 meses entré en la mujer aérea, en un servicio
gozoso, carta a carta, 3
la olfateé desnuda en cada pétalo contra
los motores, me envicié
de aceite, compuse palomas
palpitantes en loor
de un ritmo blanco encima
de los diez mil hasta la asfixia - crucero y
dos pezones, ya se sabe: gran rapto
por Júpiter, de un Heathcliff
ya viejo, de una Catherine
a media lozanía,
....................... de qué,
de quién, de cuál hermosura,
................................................. tres
que no sé meses de qué la bese, la entré
tartamudeante, la anduve, me hice tobillo
de sus tobillos todo Buenos Aires.

 


 

Desocupado lector

Cumplo con informar a usted que últimamente todo es herida:
.................................................................................. .la muchacha
es herida, el olor
a su hermosura es herida, las grandes aves negras, la inmediatez
de lo real y lo irreal tramados en el fulgor de un mismo espejo
gemidor es herida, el siete, el tres, todo, cualquiera de estos números de la danza es
herida, la barca
del encantamiento con Maimónides al timón es herida, aquel diciembre 20 que me cortaron de mi madre es herida, el sol
es herida, Nuestro Señor
sentado ahí entre los mendigos con esa túnica irreconocible por el cauterio del psicoanálisis es herida, el Quijote
a secas es herida, el ventarrón
abierto del Golfo contra la roca alta es
herida, serpiente
horadante del Principio, mar y más mar
de un lado a otro, Kierkegaard y
más Kierkegaard, taladro
y por añadidura herida; la
preñez en cuanto preñez en la preciosidad de su copa es
herida, el ocio
del viejo río intacto donde duermen inmóviles los mismos peces
velocísimos es
herida, la Poesía
grabada a fuego en los microsurcos de mi cerebro de niño es herida, el hueco
de 1.67 justo en metros de rey es herida, el éxtasis
de estar aquí hablando solo en lo bellísimo de este pensamiento de nieve
es herida, la evaporación
de la fecha de mármol con el padre adentro
bajo los claveles es
herida, el carrusel
pintarrajeado que fluye y fluye como otro río de polvo y otras
máscaras
que vi en Pekín colgando en la vieja calle de Cha Ta - Iá
cuya identidad comercial de 2.500 años de droga y ataúdes rientes
no se discute, es
herida; la cama en fin
que allí compre, con dos espejos para navegar, es herida,
................................................................................................ la
perversión
de la palabra nadie que sopla desde las galaxias es herida,
el Mundo
antes y después de los Urales es
herida, la hilera
de líneas sin ocurrencia de esta visión
sin resurrección es herida. Cumplo
entonces con informar a usted que últimamente todo es herida.

 


 

Del sentido

Muslo lo que toco, muslo
y pétalo de mujer el día, muslo
lo blanco de lo traslúcido, U
y mas U, y mas y más U lo último
debajo de lo último, labio
el muslo en su latido
nupcial, y ojo
el muslo de verlo todo, y Hado,
sobre todo Hado de nacer, piedra
de no morir, muslo:
leopardo tembloroso.

 


 

La turbina

Unicuique suum tribuere, al pez
su pavor, a este aciago
domingo de aluminio en llamas el estruendo
de su pernicie, a
estos trescientos o más
musulmanes por el aire aéreo de Esmirna su
cimitarra alta, su
Alah sin nariz,
.....................¿quién
de estos quiénes, cuál
de estos cuáles habrá cantado entre las nubes?

 


 

Miedo al arcángel

Miedo al arcángel, le tuve miedo al arcángel
de no verte, a estos años
que hemos volado contra la tormenta, tú
en tu nogala, yo
mío en mi nogal, ni apestados
por la costumbre de la sombra, ni
despavoridos por el error
hermoso de la intemperie, como tanteando
el aire a esta altura,
......................... soma,
................................... serna,
pérdida en la pérdida.

 


 

Mariposas para juan Rulfo


Cómo fornicarán felices las mariposas
en el césped oliendo
de aquí para allá
a Dios sin que vaca alguna
muja encima de su transparencia,
jugando a jugar un juego vertiginoso
a unos pasos blancos
del cementerio
con el mar del verano zumbando
allá abajo ocio y maravilla.

Rulfo habrá soplado en ellas
tanta locura, Juan Rulfo
cuyo Logos fue el del Principio;
les habrá dicho:
-Ahora hijas, nos vamos de una vez del páramo.
¿Y ellas? Ahora
¿qué harán ellas sin Juan que cortó
tan lejos más allá de Comala en caballo único
tan invisible?;
¿bailarán, seguirán bailando
para él por si vuelve,
por si no ha pasado nada
y de repente estamos todos otra vez?
Por mi parte nadie va a llorar,
ni mi cabeza que vuela ni la otra que no duerme nunca.
Se ha ido y se acabó,
nadie corre peligro así acostado
oyendo los murmullos aleteantes.
-Con tal de que no sea una nueva noche.

 


 

¿Que se ama cuando se ama?

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible
de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se
halla, qué
es eso: amor? ¿Quien es? ¿La mujer con su hondura,
sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raices?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni nombre sino sólo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partìculas
fugaces
de eternidad visible?

Me muero es esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder
amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre
a una,
a esa una, a esa ùnica que me diste en el vago paraíso.

 


 

GONZALO ROJAS O EL AMOR DESENFADADO - Datos del autor -

 

La poesía de Gonzalo Rojas, uno de los inventores de la lengua coloquial en castellano, ha sido galardonada con el Premio Cervantes 2003. Gonzalo Rojas (20/12/1917, Lebu, Chile) es el poeta del amor y el desenfado. Entre los años 1938-1941 participa, más bien como disidente, en el grupo surrealista Mandrágora fundado por Braulio Arenas, Teófilo Cid y Enrique Gómez Correa. Siete años más tarde aparece La miseria del hombre (1948), su primer libro de poemas, provocando reacciones encontradas entre los críticos oficiales que no fueron compartidas por Gabriela Mistral: "su libro(...) me ha removido y, a cada paso admirado y, a trechos, me deja algo parecido al deslumbramiento de lo muy original, de lo realmente inédito".

En 1952, habiendo obtenido el grado de Licenciado en Filología Clásica, gana -por concurso-, las cátedras de Literatura Chilena y Teoría Literaria en el Departamento de Español de la Universidad de Concepción donde permanece hasta 1970, fecha en que es nombrado por el Presidente de la República, Salvador Allende, Consejero Cultural en China. En su permanencia en la universidad organiza y dirige importantes actividades culturales como las Escuelas Internacionales de Verano en cuyo marco se realizaron el Primer Encuentro Nacional de Escritores (1958) y el Primer Encuentro de Escritores Americanos (1960). Para Carlos Fuentes y José Donoso estas reuniones, habrían sido el comienzo del boom latinoamericano, pues abrieron un espacio de reflexión -como el propio poeta lo propusiera-, en torno a las imágenes de América Latina y del hombre actual. Esta intensa actividad académica no le impide el ejercicio poético, en busca de la palabra diamantina que habitará en Contra la muerte (1964), libro celebrado unánimemente por la crítica.

El golpe militar chileno (septiembre, 1973) lo sorprende en La Habana, donde se desempeña como Encargado de Negocios; no sólo la historia de su país tiene un giro violento también, su vida. El poeta es ahora un exiliado, un "indocumentado" a quien no sólo se le ha arrebatado su rango de diplomático sino también se le ha expulsado de todas las universidades chilenas por "significar un peligro para el orden y la seguridad nacional". La Universidad de Rostck -Alemania Oriental- lo acoge como profesor, pero sin dictar clases, situación que lo perturba e incomoda. Entonces parte a Venezuela (1975), ha sido contratado por la Universidad Simón Bolívar, allí llega con Hilda, su segunda mujer, y el hijo de ambos, Gonzalo.

Su tercer libro de poemas Oscuro (1977) se publica en Caracas, a partir de este momento su poesía escrita sin prisas, desde lo profundo comienza a leerse en todo el continente y es aplaudida sin reservas por la crítica internacional. Recibe invitaciones para leer su creación poética, dictar conferencias y cursos en universidades norteamericanas y europeas; es objeto de homenajes y sus libros comienzan a publicarse en México, Madrid y New York. Las ediciones se suceden unas a otras: Transtierro (Versión antológica: 1979), Antología breve (1980), 50 poemas (1980), El alumbrado y otros poemas (1987), Antología personal (1988), Schizotext and Other Poems (1988), Materia de Testamento (1988), figura como uno de los libros más vendidos en Madrid ese año, éste como otros del autor se construye desde una escritura cuya metáfora es el tapiz, poemas antiguos y nuevos convergen con la misma frescura en tres vertientes: la numinosa, la erótica y la repentina. Desocupado lector (1990), Antología de aire (1991), Las hermosas. Poesías de Amor (1991), Zumbido (edición para bibliófilos: 1991), La miseria del hombre (edición crítica: 1995).

Gonzalo Rojas regresa a Chile en 1979, haciendo uso de la beca Guggeheim, sabe que las puertas de las universidades permanecerán cerradas, pero aún así elige Chillán, 400 kilómetros al sur de la capital, como lugar de residencia permanente; desde allí se desplazará a universidades de Alemania, Estados Unidos, México y España. El 5 de junio de 1992 recibe el Primer Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el 13 de noviembre del mismo año, el máximo galardón que otorga Chile a sus escritores, el Premio Nacional de Literatura; el reconocimiento internacional no cesa para este poeta circular, sediento de absoluto y de pasión erótica, a los premios anteriores se sumarán el Octavio Paz de México y el José Hernández de Argentina y ahora el Cervantes, máximo galardón de la lengua española.