Colombia, García Márquez, los reyes de España,
La Academia de la Lengua y Bill Clinton.
El poder y la palabra
Hace a penas pocos días fuimos testigos en Medellín y Cartagena de Indias, Colombia, de varios acontecimientos relacionados con la palabra, el libro, la lectura, el poder y el humanismo. Entre otras cosas, la aprobación de la reforma del Diccionario y aprobación de una nueva Gramática, certificados como acto de gran simbolismo por el Rey Juan Carlos, Semana del 21 al 30 de marzo. La experiencia incluyó con homenajes, emociones y visitas a los Parques Bibliotecarios de Medellín y bibliotecas de Bogotá.
Me concentraré a las actividades excepcionales de Medellín y Cartagena.
1. Academia de la Lengua, lengua nativa, Medellín y Biblioteca Públicas.
En Medellín se ratificó, después de 75 años sin cambios, una nueva Gramática de la Lengua Española; e incorporación de nuevos conceptos al Diccionario de la Lengua, bajo el principio de la unidad en la diversidad del español, desde el punto de vista de la palabra y enfatizando que las normas no las impone un solo país (en su caso fue España, siempre vigilante para limpiar, pulir y dar esplendor al idioma, por lo demás frase de errado espíritu y de alto conservadurismo respecto a un idioma de todos los hablantes). Cambios en España y el mundo trajeron actitudes diferentes, las correcciones e incorporaciones tuvieron aceptación socializada con la periferia. Se hace honor al concepto unificar en las diferencias culturales. Leales con el acto de gran significado para el idioma español, los Reyes de España y el Presidente de Colombia, que se sumaron después al acto de los 80 años de G.G.M., estuvieron presentes hasta el último momento, incluyendo almuerzo con los invitados internacionales.
Lo importante, que la Madre Patria del idioma abre sus puertas para que éste se enriquezca de lo nativo, que llegue la buena y la mala palabra con su traje humilde a los sillones reales donde se registran o se certifican. Las iniciativas de incorporar conceptos quedan en la libertad del hablante, canalizado, por supuesto, por las academias de los respectivos países. En la nueva Academia de la Lengua se dignifica el lenguaje propio, el regional, el zonal; se acepta el habla del presente inmediato y se consolida por el uso reiterado. Se exime de hegemonías del pasado, y se adentra al presente inmediato, donde los hablantes criollos se convierten en favorecidos de esa verdad antigua de que nada de lo humano debe sernos ajeno.
En medio de estas aventuras del Español, está Medellín, ciudad de poetas, de libros y lectores, impresionante con sus parques bibliotecarios, situados en las zonas urbanas de violencia conflictiva, pero que se erigen en el lugar exacto que lo necesita. No resulta extraño que menos de cinco años esta ciudad haya pasado de ser una de las más violentas de América Latina a otra de bajo índice criminal. No se ufanan, pero tampoco les intimida promover lemas opuestos a la agresividad: “Medellín, una ciudad de lectores” o bien: “Medellín, la más educada por iniciativa de su ciudadanía”. Para demostrarlo, construyen nuevas Bibliotecas Públicas dentro de en un gran espacio que se convierte y se diseñan como parques. Tampoco temen que esas bellas construcciones se ubiquen a la par de casas humildes y marginales. El contraste forma parte del reto social.
En los foros me surgieron preguntas: a. ¿Cuál es la clave de estas brillantes iniciativas? Respuesta: políticas culturales-educativas y sinergia, es decir fijarse metas a largo plazo, y apropiación de los proyectos por parte de la ciudadanía, con la más alta formación en democracia participativa. b. ¿Cómo se da la continuidad y consolidan proyectos a largo plazo? Respuesta: Apropiación de la comunidad que también es presión ciudadana; los cambios de gobiernos locales y la alternancia no pueden detener un proyecto social que es de todos. Se hace conciencia que no son dádivas de los partidos, sino resultado de la sinergia comunitaria o nacional, aunque las dinámicas surjan de un líder, como puede darse en los alcaldes de Medellín o de Bogotá, por ejemplo. Todo se suma como clave para la sostenibilidad; y c. ¿De dónde viene la inversión? Del mismo cuero salen las correas, porque lo que se ahorra en hospitales se gasta en instituciones de educación y cultura. O al revés, -en este caso el orden de los factores no altera el producto- la inversión en estas instituciones minimiza el gasto de hospitales originado por la violencia. Sin tomar en cuenta el ahorro en dolor humano, mucho más costoso, tanto para las víctimas como para los reprimidos. Pero en concreto, la inversión sale del esfuerzo de los empleados, de la empresa privada y aporte gubernamental. O sea, el resultado es de pertenencia común, y esto asegura el desarrollo sostenido de los proyectos educativos.
2. Cartagena de Indias, ochenta años de G. G. Márquez y Bill Clinton.
Gabriel García Márquez en Cartagena de Indias, el 27 de marzo del 2007, el caribeño “tímido hasta la ridiculez”---como el mismo lo dice en su autobiografía- leyó su aceptación del homenaje por sus 80 años. Al final de su discurso narró cómo su mujer fue a empeñar al montepío las únicas joyas que le quedaban para obtener dinero en México, pues no tenían ingresos cuando escribía en ese país Cien Años de Soledad. Ella llegó con las joyas, “heredadas de los abuelos, oro y plata engastados en rubíes, diamantes y esmeraldas”, pero el prestamista se niega a recibir la garantía. Les dice: “estos son puros vidrios”. Con dicha frase terminó su discurso. En el mismo momento que lo escuchaba recordé que en su autobiografía (Vivir para contarlo) lo cuenta de otro modo: el prestamista había tenido de Mercedes Bracha (esposa de G.G.M.) varias visitas para solicitar préstamos; pero esta vez, se dio cuenta que se trataba de joyas familiares y la cantidad solicitada era pequeña. De manera que ofreció el dinero sin tomar las joyas. Ambas versiones son parecidas, pero en el discurso de Cartagena le dio final de cuento. En su obra biográfica, hay un gesto compasivo y de humanidad inesperada que quizás no quiso el escritor exponer ante un público de unas mil quinientas personas, más los millones de televidentes, arrobados por su palabra.
A mediados del acto de homenaje, terminando de hablar Carlos Fuentes, se anunció de sorpresa en el Teatro de Convenciones de Cartagena, lugar donde se realizaba el acto, la llegada del ex presidente de los Estados Unidos William Jefferson Clinton. Tercera ovación. La primera ovación había sido dos horas antes con el arribo de los Reyes de España y, minutos después, la segunda fue para García Márquez, quienes habían entrado desde la parte mas alta del teatro y por lo cual tuvieron que mezclarse ante un público que quería tocar algo de la historia real, oler el poder y saborear historia literaria. El suscrito entre otros, porque emoción e historia obligan. Poder y literatura.
Aunque Clinton no habló en el Teatro, sí lo hizo en el almuerzo oficial. Cito tres frases que apunté a vuelo de pájaro del ex presidente norteamericano:
1ª. Frase: “El verdadero enemigo del idioma español no es el inglés, sino la pobreza”. Algo sabido por todos, pero no es lo mismo si lo dice alguien con el poder del dinero y desde las decisiones de poder, y que, además, había despertado simpatía por su presencia en un acto de la palabra en español.
2da. Frase: “Pido disculpas por ser el único presente en un acto de la lengua española, que no habla español”. En verdad, los idiomas de las humanidades y en especial de su reina, la poesía, es un baño de sonidos; no es requisito entenderlo. Como la música y los paisajes.
3ra. Frase: “Vine para honrar a García Márquez, porque no todo debe ser política, hay otros poderes, que persuaden la vida, y resuelven verdades de la imaginación, forman parte de los sentimientos humanos, a mi en particular me ayudó a comprender la literatura mundial”. Se refería a Cien años de Soledad.
Y luego otra frase notable por orientadora del escritor colombiano: “El desafío es para todos los escritores, todos los poetas, narradores y educadores de nuestra lengua.... para alimentar esa sed que debe ser llenada con mensajes en castellano, verdadera razón de nuestro oficio”.
Recordemos que García Márquez nace en un pueblecito, antes invisible, de Colombia, Aracataca. Desde ahí se remonta por magia de la literatura y las humanidades a fortalecer un idioma que ya había sido certificado por Miguel de Cervantes, también humilde soldado de una comunidad perdida, La Mancha. La periferia trasciende fronteras idiomáticas, muros culturales y muros verdaderos.
También en un país pobre, Nicaragua, nace una poesía rubendariana, rica en filosofía de vida y plena de encantamientos humanos, para honra de nuestra América Central, tan marginada la pobre como si su destino fuese producir postres, frutas y confites. Pero ahí, por arte de genética maga, brota el príncipe de la poesía castellana, la saca al sol mundial y le hace dar nuevos frutos y flores.
Igual desde Colombia, hermosa, educada y verde, como sus esmeraldas, surge la fuerza de un idioma cambiante que se expresa sonoro, de coloridos matices y ritmos como lo hizo nuestro centroamericano Rubén Darío. La narrativa no crea príncipes, como el caso del nicaragüense, pero produce poder, poder de la literatura castellana americana, por medio de sus elementos más sólidos, reales e irreales, gráficos y musicales, como en Cien años de Soledad, producto del Caribe, y América Latina, geografía de paisajes, imperecedera entre sus realidades y mitos. Vivaz y esplendorosa, como lo puede ser el poema del ballenato, los ritmos de la cumbia, el erotismo de la salsa y del palo de mayo. Y tantas imaginaciones que generan esperanza en la bella palabra.
San Salvador, abril 11 de 2007.